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Plaza Alta de Badajoz
jueves, 18 de septiembre de 2014
FLAMENCO.
RECORDANDO A CANTAORES (AS) EXTREMEÑOS (AS).
PORRINA DE BADAJOZ.
José Salazar Molina, cantaor de flamenco de etnia gitana, cuyo nombre artístico fue siempre "Porrina de Badajoz". Con ese nombre no cabe ninguna duda de en que lugar vino al mundo, en Badajoz en el año 1924 y falleció en Madrid en 1977 a los 53 años de edad.
Sus padres, Juan Salazar Molina, natural de Zalamea de la Serena (Badajoz) y Ana Molina Campos de Badajoz, ambos naturalmente de etnia gitana. En la familia Salazar Molina, como muchas otras de su raza todos sus miembros, desde que aprenden a sostenerse en pie, el flamenco es la asignatura que voluntariamente aprenden y practican con cualquier motivo, en cualquier lugar y preferentemente en la casa del patriarca, como fue el caso de los Salazar Molina, claro, viviendo en este ambiente festero no es difícil que alguno de ellos triunfe profesionalmente como cantaor (a), bailaor (a) o guitarrista, aunque en esta última faceta el triunfar está al alcance de pocos.
José Salazar Molina "Porrina de Badajoz", triunfó en lo suyo que fue cantar. Para mi, Porrina -al que escuché cantar en directo y personalmente en distintas ocasiones- tenía una voz irrepetible y una forma de cantar que, al contrario de otros muchos cantaores que han sido imitados con mayor o menor acierto, a nuestro paisano, no he visto que alguien lo hubiera conseguido, Porrina ha sido y creo que sera único.
Después de los primeros años cantando por toda nuestra geografía extremeña y Andalucía archivando para sí éxito tras éxito, hasta que avezado en este arte y mandando en los escenarios dada su personalidad, con 28 años se instaló en Madrid, plaza muy difícil para todos los comienzos y para él no iba a ser menos. Allí en el año 1961, con motivo de mi estancia en la capital de España cumpliendo con mis obligaciones militares, tuve la suerte de saludarle y que nos invitase a un compañero gallego y a mi a una cerveza en un bar de la calle Echegaray en el que se ofrecían actuaciones flamencas a partir de ciertas horas. Porrina triunfó por derecho propio, su garganta perfectamente instrumentada para hacer con limpieza y fuerza esas subidas y bajadas de tonos con una facilidad increíble y así el escalafón profesional se rindió cuando comenzó a pisar los mejores escenarios y locales que le requerían.
Lo de Porrina le viene impuesto por su padrino D. José Porras Saavedra, agricultor pacense aficionado a este arte, domiciliado en la calle Ramón Albarrán de Badajoz. Hombre acomodado que, quiso que su apellido en diminutivo lo llevara "Porrina" con orgullo por todas partes seguro de su triunfo y así fue.
Porrina tenía entre otras, la buena costumbre -que el convirtió en obligación personal- de venir todos los viernes santos -estuviese donde estuviese- a cantarle unas saetas a la Virgen de la Soledad, patrona de nuestra ciudad, a la que profesaba gran devoción.
Porrina es conocido en muchos círculos sociales de Badajoz, especialmente en los flamencos, no solo por su profesión sino por su generosidad con cualquiera que lo necesitaba y a los de su etnia, "sus primos" que eran todos, no les faltaba de nada cuando él venía a su ciudad,a muchos les ayudó a triunfar en su arte.
Porrina, después de una vida profesional vivida intensamente, fallece en Madrid el 18 de febrero de 1977 creo que rodeado del calor y el cariño de toda su familia.
En el año 1985, el Ayuntamiento de Badajoz, le concedió la titulación y nombre a una calle en el casco histórico de la ciudad, ocho años después de su fallecimiento. Posteriormente, el día 18 de febrero de 1988, la afición flamenca de su ciudad, inauguraba un monumento a Porrina en la Plaza de la Soledad, muy cerca de la ermita de su virgen y patrona de Badajoz, donde tantas veces le cantó sus saetas en la semana santa. En este sencillo acto, le dedicó unas letras el también cantaor pacense Joaquín Expósito "Niño de Badajoz" acompañado a la guitarra por Juan Salazar hijo de Porrina, gran profesional de la guitarra que, desgraciadamente moriría muy joven unos años después.
Le dedico este verso del fandango que a mi entender, los aficionados extremeños mejor nos identificamos con el maestro allá donde estés. D.E.P.
Gitano0 y de Badajoz
caballero cien por cien
canto con el corazón
y el que me sepa comprender
sabe que tengo valor.
Sean felices. JG.
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